¿Qué cama elegir en función del tamaño de tu dormitorio?
Elegir una cama es un paso esencial en el diseño del dormitorio. Mucho más que un simple mueble, define el confort de tus noches y el equilibrio de la habitación. Pero elegir el tamaño de cama adecuado no siempre es fácil: hay que hacer malabarismos con el espacio disponible, las dimensiones habituales, las necesidades personales y el estilo de vida. ¿Necesitas una cama doble, una cama individual o un modelo modulable? ¿Cómo integrar una cama con almacenaje en la habitación sin sobrecargar el espacio? ¿Y cómo adaptar la elección de la cama al dormitorio de un niño? Surgirán muchas preguntas importantes antes de comprar.
En este artículo, te guiaremos paso a paso para que puedas decidir qué tamaño de cama elegir, según la configuración de tu dormitorio, tus hábitos y tus deseos. Con un poco de reflexión y método, es perfectamente posible crear un espacio de noche funcional, armonioso y acogedor.

Analizar bien el espacio disponible en el dormitorio
Antes incluso de elegir un modelo o el tamaño de la cama, es absolutamente esencial estudiar y medir tu dormitorio. Este primer paso suele pasarse por alto, pero es la clave para evitar sorpresas desagradables y diseñar con éxito la zona de descanso. Empieza por evaluar la forma de la habitación: ¿es rectangular, cuadrada, abuhardillada o irregular? Un dormitorio largo y estrecho no puede organizarse del mismo modo que una habitación grande y cuadrada. Procura anotar con precisión la superficie total, así como la disposición de los elementos fijos: la ubicación de las puertas, las ventanas, los radiadores, las tomas de corriente o los armarios empotrados.
Estas limitaciones técnicas determinarán no solo dónde puede colocar la cama, sino también la circulación a su alrededor. Para una mayor comodidad a diario, te recomendamos que dejes al menos entre 50 y 60 cm de espacio libre a cada lado y a los pies de la cama. Esto te permite levantarte fácilmente, cambiar las sábanas sin dificultad y evitar chocar con las cosas por la noche.
También debes tener en cuenta el uso previsto de la habitación: ¿se trata de un dormitorio principal en el que la comodidad es primordial? ¿Un dormitorio infantil que necesita evolucionar con los años? ¿Una habitación de invitados polivalente? Estas preguntas te ayudarán a determinar el tamaño de cama estándar más adecuado. En algunos casos, es mejor elegir una cama un poco más pequeña para mantener una buena circulación y poder añadir otros muebles, como una cómoda, un escritorio o un armario.
Por último, no olvides tener en cuenta la altura de techo, sobre todo si planeas una cama con cabecero alto o compartimentos verticales. Un análisis exhaustivo del espacio disponible sentará las bases de una distribución armoniosa y funcional que te facilitará la vida diaria.
Los tamaños de cama más comunes
Para elegir correctamente, es esencial conocer los tamaños de cama estándar del mercado. Estas dimensiones varían ligeramente de un país a otro y de un fabricante a otro, pero en Francia encontramos generalmente:
- Tamaño de la cama individual: 90×190 cm o 90×200 cm, perfecto para un dormitorio infantil o una habitación de invitados compacta, optimizando el espacio en el suelo
- Tamaño de la cama individual infantil: a veces 80×190 cm para los niños más pequeños, ideal para los primeros años y dejar espacio para jugar o colocar un pequeño escritorio.
- Tamaño de la cama estándar de dos plazas: 140×190 cm es el tamaño más común en los hogares urbanos, ya que ofrece un buen compromiso entre comodidad y volumen limitado.
- Queen Size: 160×200 cm, ideal para una mayor comodidad para dos personas, especialmente si se mueven mucho por la noche.
- King Size: 180×200 cm o incluso 200×200 cm, para los amantes del espacio y los dormitorios grandes que ofrecen un auténtico lujo y confort.
Antes de realizar cualquier compra, es esencial comprobar que el tamaño del colchón y el somier se ajustan al espacio disponible y permiten moverse libremente alrededor de la cama. Ten siempre en cuenta el resto del mobiliario, las zonas de paso y la ubicación de los enchufes: una cama bien dimensionada debe integrarse con naturalidad en el dormitorio y permitir un uso práctico y cómodo en el día a día.
Elegir una cama individual para optimizar un dormitorio pequeño
En un dormitorio estrecho o una zona infantil, la cama individual suele ser la solución más sensata. Compacta y fácil de integrar, libera espacio en el suelo, lo que resulta especialmente valioso en habitaciones o estudios pequeños. Esta configuración no solo permite mantener una buena circulación, sino que también libera espacio para otros muebles, como un escritorio, una cómoda o incluso una zona de juegos para niños.
Una cama individual también puede evolucionar, con algunos modelos ingeniosos que incorporan cajones, cómodas o incluso una segunda cama plegable, perfecta para alojar a un amigo o invitado. Estas soluciones de cama con almacenaje son ideales para optimizar el espacio sin recargar la decoración y son tan adecuadas para dormitorios infantiles como para dormitorios de adolescentes o amigos.
Para una cama infantil, es importante elegir el tamaño adecuado para la edad y la forma del cuerpo del niño. No tiene sentido optar directamente por un modelo demasiado grande si la habitación es pequeña, ya que podría sobrecargarla y limitar las zonas de juego o de aprendizaje. Por último, no olvides la seguridad: recomendamos instalar barandillas laterales o somieres bajos para los más pequeños, para evitar que se caigan por la noche y garantizar un sueño tranquilo y reparador.
Elegir la cama doble adecuada al tamaño de tu dormitorio
Una cama doble es la norma en la mayoría de los dormitorios de adultos, lo que aporta comodidad y confort a la vida cotidiana. Pero no todas las habitaciones son adecuadas para una cama queen o king size. Antes de decidirse por un modelo grande, es esencial tener en cuenta el tamaño de la habitación y la circulación disponible.
En un dormitorio de menos de 12 m², una cama de 140×190 cm suele ser el mejor compromiso, porque ofrece dos cómodas plazas y deja espacio suficiente para moverse con libertad, abrir armarios o instalar mesillas de noche. Este tamaño se adapta bien a los pisos urbanos, donde cada metro cuadrado cuenta.
Si la configuración del dormitorio lo permite, elegir una de 160×200 cm (queen size) o incluso una de 180x200 cm (king size) mejora considerablemente la comodidad, sobre todo para las parejas a las que les gusta disponer de más espacio para dormir sin estorbarse. Pero comprueba siempre el espacio que queda alrededor de la cama: no puedes disfrutar de un modelo grande si tienes que contorsionarte para pasar entre la cama y el armario.
Adaptar la cama al estilo y ambiente de la habitación
Además del tamaño y la practicidad, el estilo de la cama desempeña un papel esencial en la armonía general del dormitorio. Un modelo elegante y bajo es especialmente recomendable para espacios pequeños, ya que aporta sensación de espacio y ligereza, sin recargar visualmente la habitación. Este tipo de cama combina bien con los ambientes minimalistas o escandinavos, donde la luz y la sencillez están a la orden del día.
En un espacio amplio, puedes atreverte con una cama imponente, una cama con un cabecero elaborado, un marco macizo o materiales nobles como la madera, la tela gruesa o incluso el cuero. Estos materiales aportan calidez y carácter, creando un ambiente más íntimo y acogedor. Puedes jugar con los acabados y los detalles para personalizar tu decoración: botones acolchados, costuras contrastadas o adornos esculpidos.
El color también es un factor determinante, una cama clara amplía visualmente la habitación y refleja la luz, perfecta para espacios pequeños o interiores luminosos. Por el contrario, un modelo oscuro o con colores profundos aporta una nota acogedora y envolvente, ideal para crear un espacio relajante. Por último, recuerda armonizar la cama con el resto del mobiliario. Los vestidores, las cómodas, las mesillas de noche e incluso la decoración de la pared deben combinarse para crear un conjunto coherente y agradable a diario.
Algunos consejos prácticos para elegir bien
Antes de finalizar tu compra, prepara tu proyecto a conciencia para evitar decepciones. Empieza por medir con precisión la habitación y el espacio real disponible una vez colocados todos los demás muebles. Piensa en el espacio que necesitas para moverte cómodamente alrededor de la cama, así como en la apertura de puertas, los armarios y las ventanas. Un plano bien pensado te ayudará a evitar bloqueos innecesarios.
Ten en cuenta el tamaño de las aberturas de la habitación. Comprueba que el somier puede pasar fácilmente por las puertas, las escaleras o el ascensor. Esto puede parecer obvio, pero a menudo es un descuido que complica la entrega o el montaje.
Luego, piensa en el colchón: debe estar perfectamente adaptado a las dimensiones de la cama que has elegido para garantizar un confort óptimo y evitar cualquier deslizamiento o desfase. La elección de un somier de calidad es igualmente crucial, ya que sujeta el colchón correctamente, mejora la vida útil de tu cama y contribuye directamente a tu bienestar nocturno.
Finalmente, infórmate sobre la facilidad de montaje y la solidez de los materiales, una buena cama debe ser fácil de montar y desmontar si es necesario, sobre todo en caso de mudanza. Una elección bien meditada hoy es una inversión duradera para años de noches tranquilas y reparadoras.