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      ¿Cómo limpiar un cabecero de tela?

      Un elemento decorativo en toda regla, el cabecero de tela seduce por su elegancia y lado cocooning. Ya sea en lino, terciopelo, tapizado o desenfundable, el cabecero decora el dormitorio con elegancia y proporciona un confort extra. Pero este tejido, expuesto constantemente al polvo, al roce y a veces a las salpicaduras (maquillaje, cabello mojado, bebidas...), acaba por perder su brillo. Para conservar su aspecto cuidado, es indispensable limpiarlo regularmente. En este artículo encontrarás consejos prácticos para limpiar eficazmente todo tipo de cabeceros de cama de tela: cabeceros de lino, cabeceros de terciopelo, cabeceros blancos o beis, cabeceros tapizados, etc. Vente-unique te lo cuenta todo.

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      ¿Por qué cuidar de tu cabecero de tela?

      A diferencia de un cabecero de madera o metal, el cabecero tela es una superficie textil que retiene de forma natural el polvo y los alérgenos. También es más sensible a las manchas, los olores y la humedad del ambiente. Por ejemplo, si el cabecero de cama está situado justo detrás de las almohadas o en contacto con la cabeza, puede acumular residuos de sebo, sudor o productos capilares.

      Este mantenimiento es aún más importante si tienes un cabecero blanco, cuyo color claro hace que la suciedad se vea rápidamente, o un cabecero beis, que puede perder el color con el tiempo. La limpieza no se limita a una cuestión de estética: también contribuye a la durabilidad del tejido, la comodidad de la cama y una mejor calidad del aire en el dormitorio.

      Lo ideal es realizar una limpieza ligera (aspirar o quitar el polvo) cada semana. Considera la posibilidad de realizar una limpieza más a fondo cada tres o seis meses, en función del entorno (presencia de animales, humedad, etc.).

      ¿Qué precauciones tomar antes de limpiar el cabecero de tela?

      Antes de empezar a limpiar el cabecero de cama de tela, tapizado o no, es esencial conocer la naturaleza del tejido. Algunos cabeceros están recubiertos de un tejido delicado, como el lino natural. Otros son más modernos, de poliéster o microfibra, materiales más fáciles de mantener y limpiar.

      Un cabecero desenfundable facilita la limpieza. A menudo se puede lavar la funda a máquina, siguiendo las instrucciones de la etiqueta. En el caso de un cabecero no desenfundable, tendrás que hacer una limpieza puntual, con cuidado de no empapar el relleno. Prueba siempre los productos en una zona poco visible antes de aplicarlos a toda la superficie.

      El cabecero tapizado requiere una atención especial. Las costuras y los botones crean zonas de difícil acceso donde pueden acumularse el polvo y la suciedad. La aspiración debe ser meticulosa, utilizando una boquilla adecuada y evitando el dañar los relieves.

      Técnicas de limpieza según el tipo de tejido

      Dependiendo del tipo de tejido, hay distintas formas de cuidar un cabecero.

      Para un cabecero de algodón o lino

      Para limpiar un cabecero de algodón o lino, empieza aspirando suavemente el tejido con un cepillo adecuado para eliminar el polvo. Para eliminar las manchas, frota la zona con un paño limpio empapado en agua tibia y jabón de Marsella o vinagre blanco diluido. Nunca utilices demasiada agua, para evitar empapar el relleno. Por último, deja que se seque de forma natural en una habitación bien ventilada. Evita usar fuentes de calor, como los secadores de pelo, que pueden dañar o deformar el tejido. Un cuidado suave y regular es todo lo que necesitas para mantener tu cabecero limpio y elegante.

      Para un cabecero de terciopelo

      Para limpiar un cabecero de terciopelo, empieza aspirando suavemente en el sentido del pelo con una boquilla de cepillo suave. Esto elimina el polvo y las pelusas sin aplastar el tejido. Si el terciopelo lo permite, puedes utilizar un limpiador de vapor a una distancia correcta, sin contacto directo, para evitar cualquier rastro de humedad. 

      Si encuentras alguna mancha, aplica un poco de bicarbonato de sodio en la zona afectada, déjalo actuar unos minutos y luego retírala suavemente con un cepillo de cerdas suaves o un paño ligeramente humedecido. Este tratamiento suave permite conservar el aspecto elegante del terciopelo.

      Para tejidos sintéticos

      Los cabeceros de tejidos sintéticos, como el poliéster o la microfibra, son fáciles de limpiar. En primer lugar, utiliza una aspiradora con un cepillo suave para eliminar el polvo. Para las manchas, utiliza una mezcla de agua tibia y jabón suave. Aplícala con un paño limpio, sin empapar el tejido. Aclara ligeramente con un paño húmedo y deja que se seque al aire libre. Evita la luz solar directa, que podría decolorar el tejido. Esta sencilla limpieza te permite mantener tu cabecero sintético limpio, sin esfuerzo y sin riesgo de dañar el material.

      Para un cabecero de tejido delicado o no desenfundable

      Para limpiar un cabecero que no sea desenfundable o de un tejido delicado, evita utilizar agua. Utiliza una espuma seca vendida en tiendas o fabrica la tuya propia con un poco de bicarbonato y agua con gas. Aplica la espuma sobre el tejido, deja que se seque completamente y aspíralo suavemente. Si el cabecero es de seda, lana u otro material delicado, recomendamos una limpieza en seco. En caso de duda, lo mejor es acudir a un profesional para evitar daños irreparables en el tejido. Este método preserva la limpieza respetando la sensibilidad del revestimiento.

      ¿Qué hacer en caso de mancha en un cabecero de tela?

      Si encuentras una mancha en tu cabecero de tela, actúa rápida y metódicamente para evitar que la situación empeore. Aquí tienes algunas medidas sencillas que puedes adoptar en función del tipo de suciedad:

      • Mancha fresca: limpia suavemente con un paño limpio y seco, sin frotar.
      • Mancha de vino, café o chocolate: utiliza una mezcla de agua tibia y vinagre blanco.
      • Mancha de grasa: espolvorea una arcilla antimanchas o polvos de talco, deja actuar y aspira.
      • Pelo de animales: utiliza un cepillo de goma o un rodillo adhesivo.

      Nuestro consejo: evita siempre el agua caliente, que puede fijar permanentemente determinadas manchas orgánicas.

      El cuidado natural de tu cabecero de tela a diario

      Para desodorizar y refrescar de forma natural un cabecero de tela, existen soluciones sencillas y eficaces que no utilizan productos químicos agresivos. El bicarbonato sódico es un aliado inestimable: espolvoréalo directamente sobre toda la superficie del cabecero, déjalo durante una o dos horas y luego aspira bien. Esto permite eliminar los olores y absorber la humedad. 

      También puedes preparar un espray casero mezclando agua, un poco de vinagre blanco y unas gotas de aceites esenciales como el de lavanda o eucalipto. Pulveriza ligeramente el espray sobre el tejido, sin empaparlo. Recuerda ventilar bien el dormitorio todos los días. Una exposición moderada del cabecero al sol durante unos minutos a la semana también puede ayudar a sanear el tejido de forma natural. Sin embargo, evita la exposición prolongada al sol, que podría decolorar los colores claros, como en el caso de un cabecero blanco o beis.

      ¿Cuándo acudir a un profesional de la limpieza textil?

      En determinadas situaciones, puede ser necesario recurrir a un profesional para limpiar un cabecero de tela. Si el tejido es delicado, como la seda o el lino de gama alta, o si el cabecero es preciado y de difícil acceso, deja el trabajo en manos de especialistas. 

      Lo mismo ocurre con los cabeceros no desenfundables, que requieren un equipo especial para limpiarlos en profundidad sin dañar el relleno. En caso de alergias importantes, la limpieza profesional desinfecta eficazmente la superficie y elimina los ácaros del polvo. Las empresas especializadas suelen utilizar técnicas de vapor o en seco, que garantizan un resultado limpio sin empapar los tejidos. Esta solución es ideal para prolongar la vida útil de tu cabecero y garantizar una higiene impecable, sobre todo en dormitorios muy frecuentados o expuestos al polvo y al polen.

      Las buenas técnicas a adoptar para evitar la suciedad

      Para mantener limpio un cabecero de tela durante más tiempo, es esencial un mantenimiento y una limpieza regular. Pasa la aspiradora una vez a la semana con un cepillo adecuado para evitar la acumulación de polvo. Limita el contacto directo con el cabello mojado y los productos para el cuidado de la piel o el maquillaje, que pueden dejar rastros. 

      Si tu cabecero es compatible, coloca una funda extraíble y lavable, fácil de limpiar. Por último, asegúrate de ventilar bien el dormitorio todos los días: una buena circulación del aire ayuda a evitar la humedad, los olores persistentes y la proliferación de ácaros en el tejido.

      Limpiar un cabecero de tela no es una operación difícil. Adoptando las técnicas adecuadas en función del tejido (algodón, lino, terciopelo o sintético) y actuando con rapidez en caso de mancha, podrás preservar la belleza y la higiene de tu dormitorio. Tanto si tienes un cabecero blanco, beis, tapizado o desenfundable, un mantenimiento y una limpieza regular te ayudarán a conservar un buen aspecto durante años. La elegancia de una cama con cabecero tapizado merece un poco de atención: tu sueño y tu decoración te lo agradecerán.

      Céleste Courbet
      Céleste Courbet
      Journaliste web
      Passer des heures plongée dans un essai, un roman historique ou une série policière ne m’empêche pas d’activer l’un de mes superpouvoirs : dénicher, au détour d’une brocante ou d’un vide-grenier, la pièce oubliée qui fera battre mon cœur de collectionneuse. Antiquaire spécialisée dans le mobilier XVIIIe et XIXe siècle depuis plus de quinze ans, je suis aussi une bricoleuse invétérée, toujours prête à redonner vie à une commode défraîchie ou à revisser une poignée Empire.