Los electrodomésticos son parte integrante de nuestra vida cotidiana. Hornos, lavadoras, frigoríficos, lavavajillas e incluso cafeteras facilitan enormemente las tareas domésticas cotidianas. Sin embargo, su vida útil depende en gran medida de lo bien que los cuides. Aquí tienes nuestros 7 consejos para cuidar tus electrodomésticos y mantenerlos en buen estado el mayor tiempo posible.
Antes de pasar a los consejos prácticos para cada aparato, conviene entender por qué es tan importante un buen mantenimiento. Estas son las tres razones principales por las que debes cuidar tus electrodomésticos a diario.
La compra de un electrodoméstico suele ser una inversión importante. Si lo mantienes en buen estado, evitará costosas reparaciones o una sustitución prematura. Un mantenimiento regular también garantiza que se mantenga el rendimiento inicial, sin pérdida de eficacia.
Prolongar la vida útil de tus electrodomésticos también significa reducir su impacto ambiental. Menos residuos electrónicos, menos producción y, por tanto, menos emisiones de CO2. Tú también puedes contribuir a un consumo más responsable.
Un aparato bien mantenido consume menos energía y funciona con un rendimiento óptimo. Por ejemplo, un frigorífico limpio enfría mejor los alimentos. Una lavadora sin cal lava la ropa con mayor eficacia.
El horno es uno de los electrodomésticos de cocina más populares. Entre platos cocinados a fuego lento, cocciones rápidas y repostería, se pone a prueba. Para mantener su eficacia, hay algunas cosas sencillas que puedes hacer con regularidad.
Para maximizar la vida útil de tu horno, límpialo después de cada uso o al menos una vez a la semana. Utiliza un paño húmedo empapado en un detergente suave. Evita utilizar rascadores, que podrían dañar el esmalte.
Conviene saberlo: las salpicaduras de grasa carbonizada reducen la eficacia de la resistencia. Pueden dañar las juntas.
Utiliza platos lo suficientemente altos para evitar salpicaduras. Recuerda cubrir tus preparaciones con papel de horno o una tapa adecuada.
Asegúrate de que las rejillas de ventilación del horno estén despejadas. Una mala circulación de aire puede hacer que tu horno se sobrecaliente.
La lavadora es uno de los electrodomésticos más utilizados. A menudo funciona varias veces a la semana, a veces a diario, lo que pone a dura prueba sus componentes. Para maximizar la vida útil de tu lavadora, realiza un mantenimiento periódico. La limpieza no sólo evita averías, sino que también garantiza una eficacia de lavado óptima en cada ciclo. He aquí algunos buenos hábitos que conviene adoptar.
Un exceso de detergente obstruye las tuberías y el tambor y reduce la eficacia del ciclo de aclarado. Sigue siempre las instrucciones del fabricante, especialmente si utilizas un detergente concentrado o ecológico.
Nuestro consejo: utiliza detergente líquido si tienes agua dura, ya que se disuelve más fácilmente y deja menos depósitos.
El filtro, situado en la parte inferior de la máquina, recoge los residuos (pelos, piezas, pelusas). Límpialo cada mes para evitar atascos. La bandeja del detergente también puede acumular restos de detergente: retírala y límpiala bajo el grifo de agua caliente con un cepillo de dientes viejo.
Conviene saberlo: un filtro obstruido puede provocar un centrifugado deficiente o incluso bloquear por completo un ciclo de lavado.
Después de cada lavado, deja la puerta entreabierta. Esto permite que la humedad salga de forma natural. Recuerda también limpiar rápidamente las juntas con un paño seco.
Ejecuta un programa a 90 °C con un litro de vinagre blanco una vez al mes. Esta sencilla acción elimina los restos de detergente, la cal y los malos olores, al tiempo que desinfecta el depósito.
El frigorífico funciona 24 horas al día, 7 días a la semana. Es uno de los electrodomésticos que más energía consume en casa, pero sobre todo uno de los más esenciales. Un uso incorrecto o la falta de mantenimiento pueden provocar un aumento del consumo eléctrico, un desgaste prematuro del motor y la proliferación de bacterias. Hay algunas cosas sencillas que puedes hacer a diario para preservar la vida de tu frigorífico y garantizar que tus alimentos se conserven en óptimas condiciones.
Una escarcha excesivamente gruesa actúa como aislante, obligando al compresor a trabajar más para mantener la temperatura deseada. El resultado: mayor consumo de energía y desgaste más rápido del motor. Descongela tu aparato en cuanto la capa supere los 3 mm.
Las juntas de goma deben estar blandas y limpias para garantizar un cierre hermético. Una junta sucia o deformada deja pasar el aire caliente, lo que interfiere en la refrigeración. Límpialas con agua jabonosa tibia y luego sécalas bien. La rejilla de condensación de la parte trasera también debe limpiarse de polvo cada tres meses para evitar el sobrecalentamiento.
Evita sobrecargar la nevera. Deja espacio entre los alimentos. Esto facilita la circulación del aire frío, reduce los puntos calientes y permite que el compresor trabaje con mayor eficacia. Almacena los productos en las zonas frías correctas: los productos cocinados en la parte superior, los lácteos en el centro, las carnes crudas en la parte inferior y las bebidas en la puerta.
Tu lavavajillas te ahorra un tiempo precioso a diario, pero también necesita atención si quieres que funcione eficientemente a lo largo del tiempo. Entre los restos de comida, la cal y los ciclos intensivos, puede obstruirse o estropearse rápidamente si se descuidan ciertos pasos. Estos son algunos errores comunes que debes evitar si quieres alargar la vida útil de tu lavavajillas.
Llenar el lavavajillas hasta los topes puede parecer práctico, pero impide que los brazos rociadores distribuyan el agua correctamente. El resultado: vajilla mal lavada y electrodomésticos que se desgastan más rápidamente. Asegúrate de separar los platos lo suficiente, de no bloquear los brazos aspersores y de orientar los platos poco profundos hacia abajo. Alterna los tipos de cubiertos y su orientación para garantizar una limpieza eficaz.
Los brazos rociadores pueden obstruirse con partículas de alimentos o cal. Desmóntalos regularmente para comprobar que no hay agujeros obstruidos. El filtro situado en el fondo del depósito retiene los residuos. Aclarar con agua caliente una vez a la semana. Por último, limpia las juntas con un paño húmedo para evitar la acumulación de grasa.
Esta sencilla acción limpia todo el circuito de lavado. Elimina la cal, la grasa y los residuos que se acumulan en zonas invisibles. Tus electrodomésticos estarán más limpios durante más tiempo.
Para tener en cuenta: si el agua es dura, utiliza sal regeneradora para proteger el sistema de descalcificación y mejorar el rendimiento del lavado.
La bodega está diseñada para ofrecer unas condiciones de almacenamiento óptimas para tus botellas, pero también es un aparato eléctrico que requiere un mantenimiento específico. Las temperaturas mal reguladas, la humedad excesiva o la ventilación obstruida no sólo pueden estropear los vinos, sino también acortar la vida útil del aparato. Para evitarlo, aquí tienes algunas cosas que puedes hacer.
El buen funcionamiento de una vinoteca depende de una temperatura estable (idealmente entre 10 y 14 °C) y un nivel de humedad (en torno al 65-75 %). El aire demasiado seco reseca los tapones, mientras que el aire demasiado húmedo favorece la aparición de moho. Comprueba regularmente estos parámetros con un higrómetro-termómetro.
Conviene saberlo: una vinoteca mal regulada puede acelerar la oxidación de los vinos y afectar negativamente a su sabor.
Retira las botellas cada tres o seis meses para quitar el polvo de los estantes y limpiar el interior del aparato con un paño suave y agua jabonosa. No utilices nunca productos agresivos como lejía o disolventes fuertes. Comprueba también que las rejillas de ventilación y los filtros de carbón activo estén limpios y funcionen, ya que de lo contrario existe riesgo de sobrecalentamiento.
Coloca la vinoteca en una zona templada, sin cambios bruscos de temperatura. Evita las habitaciones expuestas al sol o que no estén aisladas, como garajes o invernaderos. El aparato también debe instalarse sobre un suelo estable, alejado de fuentes de vibración.
Si cuidas bien tu bodega, no sólo protegerá tus preciadas botellas, sino que también te asegurarás de que tu equipo funcione de forma fiable y durante mucho tiempo.
Ya sea automática, de cápsulas o de filtro, la cafetera se ha convertido en un elemento imprescindible en muchos hogares. Su uso diario la expone a la humedad, la cal y los restos de café. Sin un mantenimiento regular adaptado al tipo de máquina, el sabor del café puede deteriorarse, las averías multiplicarse y la vida útil de la máquina puede resentirse. He aquí cómo cuidarlos eficazmente.
La bandeja de goteo y el grupo de infusión son caldo de cultivo para bacterias y posos de café. Límpialos al menos una vez a la semana con agua caliente y jabón. Sécalos bien antes de volver a colocarlos. Esto evita la formación de moho y preserva el sabor del café.
La cal se acumula rápidamente en los sistemas de agua caliente, sobre todo si el agua es dura. Sigue las recomendaciones del fabricante en cuanto a la frecuencia de descalcificación. Utiliza una solución específica o vinagre blanco diluido para eliminar los depósitos de cal.
El agua filtrada contiene menos minerales responsables de los depósitos calcáreos. Protege la máquina y mejora el sabor del café. También reduce la frecuencia de la descalcificación. La inversión en un filtro de garrafa puede amortizarse rápidamente.
El hervidor es un práctico electrodoméstico de uso diario, pero la cal puede acumularse rápidamente, sobre todo si el agua es dura. Esta acumulación no sólo perjudica su funcionamiento, sino que prolonga el tiempo de calentamiento. Para preservar la vida útil de tu hervidor y garantizar que el agua esté siempre limpia, es esencial descalcificarlo periódicamente.
Llena el hervidor con una mezcla de agua y vinagre blanco a partes iguales. Lleva a ebullición y deja reposar durante 30 minutos. Vacía y aclara. También puedes utilizar una cucharada de ácido cítrico disuelta en un litro de agua caliente.
Después de la descalcificación, enjuaga bien el aparato. Hierve el agua limpia dos veces y escúrrela para eliminar los restos de vinagre o ácido cítrico. Esto preserva el sabor neutro de tus bebidas.
Si utilizas tu hervidor varias veces al día, se recomienda un mantenimiento mensual. Para un uso más ocasional, cada dos meses es suficiente. Adaptar la frecuencia de la descalcificación a la dureza del agua prolongará considerablemente la vida útil de tu hervidor.
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