Sofá de piel: consejos de cuidado limpieza y errores a evitar
Tu sofá de piel es uno de los muebles centrales de tu salón. Cuando es elegante, incluso acogedor, llama la atención. Pero cuidado: tras su apariencia robusta, la piel es un revestimiento frágil. Reacciona al polvo, al calor e incluso a la luz solar. Si se mantiene mal, se decolora y se seca. A veces incluso se agrieta. ¿Quieres saber cómo limpiar un sofá de piel correctamente? ¿Qué productos elegir? Algunos errores a evitar El cuidado de un sofá de piel es sencillo, siempre que conozcas los gestos correctos a tener en cuenta. Descubre cómo cuidar tu sofá para prolongar su vida útil y conservar su aspecto original.

¿Por qué es importante cuidar un sofá de piel?
La piel es un material noble y vivo. A diferencia de los tejidos sintéticos, evoluciona con el tiempo. Si olvidas o descuidas su mantenimiento, se deteriora rápidamente.
Un sofá de piel mal cuidado pierde su prestancia. El polvo se acumula y los restos de sebo procedentes del contacto con nuestra piel impregnan los asientos y el respaldo. Con el tiempo, la piel se seca, se endurece y acaba agrietándose. En esta fase, el daño es irreversible.
Para cuidar un sofá de piel, además de limpiarlo hay que hidratarlo. Al igual que nuestra piel, la piel de tu sofá necesita nutrirse con regularidad. Esto lo mantiene flexible, agradable al tacto y brillante.
Un sofá bien conservado conserva su encanto durante mucho más tiempo. Resiste mejor los posibles imprevistos diarios y al uso que le das. Así conserva todo su confort original. ¿Ha invertido en un mueble de gran valor? Ofrécele todos los cuidados que merece para que ilumine tu salón durante muchos años.
Los buenos gestos para cuidar tu sofá de piel
¿Quieres que tu sofá de piel conserve su aspecto y flexibilidad? Adopta hábitos sencillos. Límpialo a menudo, hidrátalo y protégelo. Recuerda: ¡cada gesto cuenta!
Limpia tu sofá de piel todos los días
Como cualquier tipo de mueble, un sofá se llena de polvo día tras día. Se incrusta en todos los rincones, desde los pliegues y las costuras hasta la parte superior del respaldo y los reposabrazos. La piel pierde su color y adquiere una pátina pegajosa.
Acostúmbrate a quitarle el polvo todas las semanas con un paño suave o un paño de microfibra ligeramente humedecido. Pásalo por toda la superficie del sofá, sin frotar demasiado. Si quieres, también puedes utilizar una aspiradora con boquilla y un cepillo suave para evitar los arañazos.
Hidrata la piel para evitar que se agriete
Además de quitar el polvo semanalmente, hidratar un revestimiento como la piel es esencial para su durabilidad. Una piel demasiado seca se endurece y acaba agrietándose. Para evitarlo, aplica una crema o una leche nutritiva especial para la piel. Aplica un poco de producto en un paño suave. Extiéndelo con movimientos circulares sin presionar.
Te recomendamos repetir este tratamiento cada dos o tres meses. Prueba siempre en una zona poco visible antes de tratar todo el sofá para asegurarte de que la solución de cuidado no altera el color de la piel. Un sofá de piel bien hidratado envejece mejor y adquiere una bonita pátina.
Nota: no utilices nunca productos multiusos o domésticos para limpiar la piel, ya que pueden provocar quemaduras irreversibles.
Protege tu sofá de las manchas
Un vaso derramado, una salpicadura de salsa, una mancha de bolígrafo, etc. Los accidentes ocurren. Desde el principio, protege tu sofá pulverizando un espray impermeabilizante adaptado a la piel. Crea una barrera invisible contra la humedad y la grasa.
Nota: en caso de incidente, actúa rápidamente para eliminar la mancha. Limpia la mancha con un paño seco sin frotar.
Adapta los cuidados al tipo de piel
Cada piel es diferente. Las técnicas de cuidado difieren según la naturaleza de la piel. Debes identificar el tipo de piel de tu sofá antes de realizar cualquier intervención.
Existen muchos sofás de piel lisa o plena flor en el mercado. Fácil de limpiar, este tipo de material tolera bien las cremas nutritivas. En cuanto a la piel pigmentada utilizada en los sofás más modernos, es muy resistente. Solo necesita una limpieza suave y regular.
Tanto el nobuk como el ante requieren una atención especial. Estas pieles delicadas son resistentes al agua y a las leches de cuidado convencionales. Para mejorar su aspecto, utiliza un cepillo de goma o un espray específico.
Establece una rutina sencilla pero regular
Como puedes ver, cuidar y limpiar un sofá de piel no requiere tanto tiempo como parece. Algunas medidas sencillas, pero regulares te ayudarán a mantener el aspecto de tu mueble durante mucho tiempo: quitar el polvo cada semana, hidratarlo cada dos o tres meses y protegerlo contra las manchas.
Si adoptas los buenos hábitos, podrás disfrutar de un sofá de piel suave y elegante en el que será un placer relajarse.
¿Cómo limpiar tu sofá de piel si se mancha?
Sea cual sea el tipo de mancha, acabará incrustándose en la piel si no se reacciona inmediatamente. Si derramas un líquido sobre tu sofá, pásale un paño seco para absorber el exceso en lugar de frotar. Luego, pasa un paño húmedo para eliminar cualquier residuo.
Si es una mancha de grasa, trátala de otra manera. Evite utilizar agua para no esparcir la mancha. En su lugar, espolvorea la zona con tierra de Sommières. Déjalo reposar varias horas. Este polvo natural absorbe la grasa. A continuación, retíralo con un cepillo suave.
Las manchas de tinta son más difíciles de eliminar. Para una zona pequeña, aplica un algodón empapado en alcohol de 70º sin frotar. Atención: el alcohol puede decolorar el cuero. Prueba antes en una zona oculta. Para limpiar una mancha de tinta grande, tendrás que acudir a un profesional.
En determinadas condiciones, un jabón suave de glicerina puede ayudar a eliminar ciertas manchas. Termina siempre aplicando una crema nutritiva para reequilibrar la piel.
Los errores a evitar al limpiar tu sofá de piel
El cuidado de un sofá de piel no se improvisa. Estos son los errores que debes evitar para que la piel de tu sofá no sufra daños irreparables:
- Evita los productos agresivos como la lejía, el vinagre, las toallitas desinfectantes o los productos multiusos. Secan y decoloran la piel.
- Mantén tu sofá de piel alejado de la luz solar directa o de una fuente de calor como un radiador o una chimenea. La piel amarillea y se agrieta.
- Evita frotar demasiado fuerte. El uso de estropajos y una limpieza excesiva pueden dañar la superficie de tu sofá.
- No olvides las pequeñas manchas o los arañazos. Actúa con rapidez para evitar daños permanentes.
Algunos consejos más para prolongar la vida útil de tu sofá de piel
¿Has adoptado algún ritual de limpieza y mantenimiento regulares para tu sofá? Para ir más lejos, algunos gestos adicionales pueden prolongar aún más la vida de tu sofá de piel.
Varía tus hábitos al sentarse. Si te sientas siempre en el mismo sitio, el desgaste de la piel se concentrará en un solo cojín. Cambia de sitio periódicamente. Tu sofá envejecerá con armonía.
Manipula tus muebles con cuidado. Los remaches metálicos de los vaqueros, las cremalleras e incluso algunas joyas pueden arañar la superficie. Ten cuidado con los objetos punzantes en los bolsillos. Una medida de precaución es mejor que una reparación compleja y a menudo cara.
Si tu sofá está manchado o desgastado, acude a un profesional de la piel. Una limpieza profunda, una restauración del color o una reparación puntual pueden dar una nueva vida a tu sofá de piel
Mantener un sofá de piel es sencillo, siempre que se sigan unas buenas prácticas. Ayudarán a conservar su belleza y flexibilidad durante muchos años.
Límpialo regularmente, hidrata el material y protégelo de las manchas. Elige cremas o leches nutritivas en lugar de productos agresivos. Evita exponer tu sofá de piel al sol o al calor. En caso de incidente, actúa lo antes posible con los métodos adecuados. Con un cuidado mínimo, tu sofá de piel conservará su flexibilidad, su brillo y su confort.
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