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      Puertas de interior: ¿cómo elegir?

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      Para la distribución interior de tu hogar, elegir una puerta no es cuestión de azar. Cada habitación tiene sus propios requisitos de aislamiento, apertura y estética. Ya se trate de una puerta batiente, corredera o una puerta con marco integrado, las posibilidades son numerosas. Madera, aluminio, dimensiones, marco, tipo de tabique... todos estos factores influirán en tu elección final. Para optimizar tu espacio y armonizar tus estancias, sigue nuestros consejos para elegir la puerta de interior que mejor se adapte a tus limitaciones y tu estilo.

      Define tus necesidades para elegir tu puerta de interior

      Antes de elegir una puerta interior, primero debes identificar tus necesidades. Cada estancia tiene sus propias limitaciones, ya sean prácticas, técnicas o estéticas.

      Antes de comparar productos, es esencial pensar en el uso de cada tipo de puerta. Una puerta de interior para un dormitorio, un cuarto de baño o un salón no tendrá las mismas limitaciones. 

      En un dormitorio, el aislamiento acústico es esencial para protegerte de las molestias acústicas. En un cuarto de baño o ducha, opta por un material resistente a la humedad, como una puerta de aluminio o una puerta con marco integrado tratada. En cuanto al salón, puedes elegir una puerta acristalada o parcialmente acristalada para dejar pasar la luz y estructura los volúmenes.

      Así que cada habitación de la casa tiene sus propias características especiales. Una puerta que funciona bien en una oficina no siempre será adecuada para una cocina o un lavadero. La elección del tipo de puerta y del sistema de apertura también depende del espacio disponible. En un pasillo estrecho o una habitación pequeña, una puerta batiente puede perjudicar la circulación, mientras que una puerta corredera integrada en el tabique libera espacio.

      Tipo de puerta de interior: los principales sistemas de apertura

      El tipo de puerta que elijas influye directamente en la distribución de tu espacio, en la practicidad del día a día e incluso en el ambiente de tu hogar. Existen varios sistemas de apertura, cada uno con sus propias ventajas y limitaciones. Aquí tienes un resumen de las principales opciones.

      La puerta batiente

      La puerta batiente es el modelo más utilizado en los hogares. Se abre hacia el interior o el exterior de una habitación, hacia la derecha o hacia la izquierda, según el sentido de instalación. Este tipo de apertura de puerta interior es fácil de instalar. Se adapta a la mayoría de las configuraciones, siempre que se disponga de espacio suficiente. 

      Las hay macizas o acristaladas, de madera, aluminio o materiales compuestos. Puede instalarse sola o con su propio marco integrado. Su principal desventaja es el espacio que ocupa: en espacios reducidos, puede perjudicar la circulación o bloquear un mueble. No obstante, es una solución económica, versátil y fácil de sustituir para los proyectos de renovación.

      La puerta corredera

      La puerta corredera es ideal para ahorrar espacio. Se desliza lateralmente en lugar de pivotar, lo que la hace especialmente útil en zonas estrechas como pasillos, aseos o vestuarios. Existen dos sistemas: la puerta corredera de superficie, que permanece visible en la pared, y la puerta corredera empotrada, cuyo panel se oculta en un tabique hueco. 

      El sistema empotrado es discreto y moderno, pero requiere una preparación específica de la pared. Este tipo de puertas puede ser de madera, vidrio o aluminio. Está disponible en una amplia variedad de productos de diseño. Además de ser práctica, una puerta corredera te permite optimizar tu espacio y añade un toque moderno a tu hogar.

      La puerta plegable

      Menos habitual, pero muy práctica, la puerta plegable es una buena solución para las habitaciones pequeñas. Consta de dos o más hojas que se pliegan sobre sí mismas, como si fuera un acordeón. A menudo se colocan en armarios, lavaderos o como separación ligera entre dos zonas. Ocupa muy poco espacio cuando está abierta y no requiere espacio lateral ni modificaciones de los tabiques, por lo que es una solución fácil de instalar. 

      Sin embargo, su rendimiento en términos de aislamiento térmico y acústico es limitado. Las puertas plegables están disponibles en diversos materiales, como madera ligera, PVC o resina compuesta. Pueden combinarse visualmente con el resto de tus puertas interiores.

      La puerta pivotante

      La puerta pivotante es una opción más original, a menudo reservada para interiores modernos o arquitectónicos. Funciona gracias a un eje vertical descentrado que permite que la hoja pivote 360°, creando una apertura de puerta fluida y de diseño. Está especialmente indicada para estancias grandes, como un salón o un despacho, donde se convierte en un elemento importante de la carpintería interior. 

      Este tipo de puerta suele ser de madera maciza, de aluminio o de materiales de gama alta. Sin embargo, su instalación requiere una estructura adaptada. Es más cara que una puerta convencional. Rara vez se utiliza en espacios técnicos como cuartos de baño, pero puede crear un efecto espectacular en una entrada o un salón.

      Elegir los materiales adaptados para una puerta de interior

      La elección del material determina el aspecto, la durabilidad y el rendimiento de tu puerta. Madera, aluminio o vidrio: cada opción tiene sus ventajas.

      La puerta de interior de madera

      La madera es uno de los materiales más populares para las puertas de interior. Cálida y estética y con buenas propiedades aislantes. Existen distintos acabados: 

      La puerta de interior de aluminio

      El aluminio es una opción cada vez más habitual en los proyectos modernos. Ligero, sólido y resistente a la humedad, es perfecto para entornos como cuartos de baño, lavaderos o entradas. Este material se integra bien en los estilos modernos, sobre todo junto al vidrio, para unas puertas correderas sobrias y de diseño. 

      El aluminio también es apreciado por su durabilidad y facilidad de mantenimiento. Sin embargo, sus prestaciones en términos de aislamiento térmico y acústico son generalmente inferiores a las de la madera, salvo en algunos modelos de gama alta. Este tipo de material es una excelente opción para las salas técnicas o los interiores de estilo industrial.

      La puerta interior acristalada

      La puerta con acristalamiento integrado permite aportar luz natural a los espacios interiores manteniendo la separación visual entre dos estancias. Suele utilizarse para separar un salón de un comedor o un pasillo de un despacho. 

      El vidrio puede ser transparente, esmerilado, arenado o tintado, según el nivel de intimidad requerido. La mayoría de las puertas acristaladas tienen un marco de madera, aluminio u otro material. Pueden ser batientes o correderas. Son especialmente apreciadas por su ligereza visual y su capacidad para ampliar un espacio. Sin embargo, ofrecen un aislamiento acústico limitado. Requieren un mantenimiento regular para mantenerlas limpias y elegantes.

      Los criterios técnicos a respetar para una puerta de interior

      Ciertos aspectos técnicos son esenciales para garantizar la comodidad, la seguridad y la durabilidad. Aquí tienes algunos puntos importantes a tener en cuenta antes de comprar tu puerta.

      Las dimensiones y el sentido de apertura de la puerta interior

      Antes de encargar tu puerta, es esencial comprobar sus dimensiones. La anchura estándar de una puerta interior suele ser de 73 cm, pero también hay modelos de 63, 83 o incluso 93 cm, según la habitación. En un proyecto de renovación, es fundamental optar por puertas de interior a medida, sobre todo si los tabiques son antiguos o irregulares. 

      El sentido de apertura es otro punto técnico crucial: apertura hacia dentro o hacia fuera, hacia la derecha o hacia la izquierda, cada detalle cuenta para garantizar una buena circulación en el hogar. Un error de este tipo puede complicar la instalación o interferir en la distribución interior.

      El aislamiento acústico y térmico de la apertura

      El aislamiento desempeña un papel importante, sobre todo en las zonas de dormitorio o las habitaciones húmedas. Para un dormitorio, opta por una puerta de alma maciza o una puerta con marco integrado con prestaciones acústicas mejoradas. Un buen aislamiento acústico mejora el confort de toda la familia.

      Para una puerta de entrada o de lavadero contigua a un garaje, elige una puerta con aislamiento térmico reforzado para evitar la pérdida de calor. Algunos productos tienen coeficientes (Rw, Ud) que te permiten comparar su rendimiento.

      La seguridad y robustez de la puerta

      En las habitaciones de los niños o en las estancias de riesgo, como los lavaderos, es aconsejable elegir una puerta robusta, con un cierre fiable y un material resistente a los golpes. La madera maciza o el aluminio son opciones seguras y duraderas.

      Elegir bien una puerta de interior es encontrar el equilibrio entre estética, funcionalidad y limitaciones técnicas. Para elegir correctamente, ten en cuenta tanto tus necesidades como tus preferencias decorativas. En nuestro sitio web encontrarás toda una gama de puertas para tu hogar.

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