¿Tienes previsto instalar un plato de ducha">plato de ducha elevado? Es una solución práctica y estética, ideal si no puedes instalar una evacuación de agua encastrada. Fácil de instalar y accesible, se adapta a cualquier configuración. En esta guía, descubre cómo elegir el modelo adecuado de plato de ducha elevado, así como los pasos de instalación.
¿Piensas renovar tu cuarto de baño de tu antigua casa? Hay que optar por un plato de ducha elevado cuando es complicado o incluso imposible encastrarlo en el suelo. Permite instalar una cabina de ducha sin tener que realizar grandes obras de fontanería. A diferencia de las duchas a ras de suelo o italianas, los conductos de evacuación quedan más accesibles. La instalación de un plato de ducha elevado reduce la necesidad de realizar obras en el suelo.
Dado que no es necesario realizar ningún hueco en el suelo, la instalación de un plato de ducha elevado es más rápida. Al limitar la infiltración de agua en el suelo, este tipo de plato de ducha es ideal para las viviendas con suelos sensibles a la humedad. Gracias a su altura modulable, se adapta a las necesidades de todo el mundo (especialmente de las personas con movilidad reducida).
Además de práctico, un plato de ducha elevado está disponible en una amplia gama de estilos y materiales para integrarse armoniosamente en cualquier cuarto de baño. Algunos modelos disponen de superficies antideslizantes para ofrecer la máxima seguridad y reducir el riesgo de caídas. Permite que el agua se evacúe eficazmente sin necesidad de una pendiente pronunciada, como ocurre con las duchas italianas.
El mantenimiento es sencillo. El agua fluye fácilmente evitando el estancamiento. Limita el desarrollo de mohos. Una solución económica para tu cuarto de baño, es más barata que un sistema de evacuación encastrado.
Antes de elegir, piensa en tus prioridades. ¿Prefieres un material fácil de cuidar? ¿Un modelo de diseño y de gama alta? ¿Un plato ligero y fácil de colocar? Tu decisión debe adaptarse a tu estilo de vida y al uso diario de tu ducha. El material de tu plato de ducha elevado influye en su aspecto, durabilidad y comodidad cotidiana. Compara bien las distintas opciones.
El plato de ducha elevado de cerámica es un básico. Seduce por su aspecto clásico y su resistencia. Fácil de limpiar, resiste los arañazos y los productos de limpieza. Es pesado y puede agrietarse en caso de un impacto importante. Si buscas un plato de ducha duradero y fácil de mantener, el de cerámica es la mejor opción.
El peso del plato de ducha elevado de acrílico es inferior. Su principal ventaja es su tacto suave y cálido, que evita el efecto frío bajo los pies. Además de sus propiedades antideslizantes, es fácil de manipular a la hora de instalarlo. Cuidado, es sensible a los arañazos. También puede amarillear con el tiempo si el cuidado no es riguroso.
Los platos de ducha elevados de resina y piedra natural destacan por su estética moderna y su resistencia. Estos materiales son ultrarresistentes. Aportan un toque elegante a tu cuarto de baño. Su superficie naturalmente antideslizante aumenta tu seguridad. Requieren un cuidado especial. Prevea una inversión más importante.
La instalación de un plato de ducha elevado de acero esmaltado es una opción higiénica y duradera. Este tipo de plato de ducha es resistente a las manchas y a los productos de limpieza agresivos. Su principal desventaja es su tacto frío, que puede resultar desagradable, y su peso, que a veces dificulta la instalación.
El tamaño del plato de ducha influye directamente en el confort y la ergonomía de tu cuarto de baño. Para elegir bien, ten en cuenta no sólo el espacio disponible y tu estilo de vida. Existen varios tamaños de plato de ducha disponibles:
Un faldón para plato de ducha es esencial para ocultar el espacio bajo el plato y aportar un acabado limpio y estético. Permite acceder más fácilmente a las conexiones y a las patas del plato para su mantenimiento.
Existen varios materiales disponibles para los faldones de los platos de ducha. El primero, el acrílico es ligero y fácil de instalar. Se adapta perfectamente a los platos de ducha diseñados con el mismo material. El alicatado ofrece un acabado de gama alta y permite armonizar el revestimiento de la ducha con el resto del cuarto de baño. Por último, para una solución económica y modulable, el PVC o la madera tratada son opciones interesantes.
Estos materiales son resistentes a la humedad. Pueden pintarse o cortarse para adaptarse a todas las configuraciones de platos de ducha. Antes de comprar el faldón, comprueba que es compatible con tu plato de ducha. Algunos modelos se instalan mediante un sistema de clip. Otros deben fijarse con tornillos o pegamento. También debes asegurarte de que permita un fácil acceso a la evacuación para su mantenimiento y de que resista bien al agua y las salpicaduras.
Todo el mundo puede instalar un plato de ducha elevado, siempre que se sigan los pasos con precisión. Prepara la zona adecuadamente. Comprueba todos los puntos antes de instalar tu plato de ducha elevado.
Antes de empezar, asegúrate de que el suelo esté limpio, sea estable y esté perfectamente nivelado. Comprueba la ubicación de la evacuación y el sifón. Un suelo irregular puede comprometer tu instalación con posibles filtraciones de agua posteriores.
Las patas regulables permiten ajustar la altura del plato de ducha en función de la evacuación del agua. Distribúyelas uniformemente bajo el plato de ducha para garantizar una estabilidad perfecta. Comprueba la horizontalidad con un nivel de burbuja. Una instalación bien equilibrada garantiza una evacuación óptima del agua y evita que el plato de ducha se hunda.
Coloca el plato de ducha sobre las patas ajustadas. Asegúrate de que está correctamente alineado. Conecta el sifón a la evacuación. Prueba la evacuación de agua antes de finalizar la fijación. Una vez instalado, comprueba que no haya fugas en las conexiones. Recomendamos utilizar silicona para sellar las juntas y evitar cualquier riesgo de infiltración.
Fija el faldón del plato de ducha para lograr un acabado limpio. Algunos modelos pueden engancharse directamente, otros necesitan fijarse con tornillos o pegamento. Aplica una junta de silicona en el contorno del plato de ducha para garantizar una estanqueidad perfecta. Alisa la junta con un dedo húmedo para obtener un acabado limpio. Deja que se seque antes de utilizar la ducha.
Con estos sencillos pasos, tu plato de ducha estará listo para usar. Una instalación bien ejecutada es la garantía de una ducha duradera, práctica y cómoda.
Con unos sencillos pasos, puedes asegurarte de que tu ducha esté siempre limpia y sea funcional.
Limpia regularmente tu plato de ducha elevado utilizando un paño suave y un producto adecuado. Tanto el vinagre blanco como el bicarbonato sódico son buenas alternativas naturales para eliminar los residuos sin dañar la superficie. Evita los productos abrasivos. Las superficies acrílicas o de resina se rayan con facilidad. Utiliza estropajos no abrasivos. Evita los detergentes demasiado agresivos. Cuidado con las juntas. Inspecciónalas una vez al mes para detectar restos de moho o fisuras. Límpialas con un cepillo de dientes y una mezcla de agua caliente y vinagre. Cámbielas en cuanto empiecen a mostrar signos de desgaste para evitar las filtraciones. Limpia el desagüe vertiendo una mezcla de agua caliente y vinagre blanco en el sifón una vez al mes para disolver los restos de jabón y evitar las obstrucciones. Deja secar después de cada uso. Para reducir la acumulación de cal, mantener el plato de ducha reluciente y evitar la acumulación de agua estancada, límpialo con un paño de microfibra después de ducharte. Por último, aplica un tratamiento protector. Si tu plato de ducha es de resina o de piedra natural, aplica una vez al año una cera especial para reforzar su resistencia a las manchas y la humedad.
Un mantenimiento regular prolongará la vida útil de tu plato de ducha elevado. La limpieza evita los eventuales problemas causados por la acumulación de cal, de jabón o de moho. Cuídalo para que dure el mayor tiempo posible.
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