¿Tu grifo gotea? Este pequeño problema de fontanería puede parecer trivial, pero en realidad puede provocar importantes fugas de agua: hasta varios litros desperdiciados cada día. Ya se trate de una junta desgastada, un cartucho defectuoso o la acumulación de cal en el mecanismo, una reparación rápida puede evitar a menudo la necesidad de recurrir a un fontanero.
En este artículo, descubre cómo identificar la causa de una fuga de grifo de cocina, sustituir las juntas, limpiar las piezas incrustadas y renovar tu instalación. Tanto si tu problema afecta a un grifo monomando como a un grifo convencional, sigue nuestros consejos para decir adiós a las fugas de agua y conseguir que tus grifos vuelvan a funcionar perfectamente.
Un grifo que gotea, por leve que sea, no es nada despreciable. Este tipo de fuga de agua puede hacer que se desperdicien decenas de litros cada día, lo que se suma a la factura del agua y perjudica al medio ambiente. Normalmente causada por una junta dañada, un cartucho defectuoso o una acumulación de cal, esta fuga también puede dañar tu sistema de fontanería si no se soluciona rápidamente.
Además de ser un derroche, el agua que corre continuamente debilita los componentes internos del grifo, lo que provoca corrosión. Por no hablar del molesto sonido del goteo que cae regularmente, sobre todo en la cocina.
¿La buena noticia? En la mayoría de los casos, puedes reparar por tu cuenta un grifo que gotea: cambia la junta, límpialo con vinagre blanco o sustituye el cartucho. Basta con cortar el suministro de agua, desmontar el grifo y comprobar las piezas dañadas. Si el problema persiste, lo mejor es llamar a un fontanero para evitar daños más graves en las tuberías.
Hay varias causas posibles para que un grifo gotee después de haber sido cerrado. La más común es una junta dañada, a menudo situada en el interior del grifo mezclador. Una simple sustitución de la junta basta a veces para detener el flujo. En los grifos monomando, el cartucho es el responsable más frecuente de la fuga: desgastado o con incrustaciones, ya no garantiza un cierre hermético.
La acumulación de cal también puede contribuir a que se produzcan fugas de agua en un grifo. Este depósito mineral endurece las piezas, deteriora las juntas e impide que la válvula cierre herméticamente. Recomendamos desincrustar regularmente con vinagre blanco (y frotar con un cepillo) para evitar este tipo de problemas.
A veces, el problema es una instalación de fontanería defectuosa, un asiento de estanqueidad desgastado o desalineado, o griferías con fugas. Si no basta con reparar el grifo, llama a un fontanero.
Identificar la causa exacta de la filtración permite saber cómo reparar eficazmente un grifo que gotea, sin tener que sustituir todo el sistema. Con las herramientas adecuadas y unos cuantos empalmes, puedes ahorrar litros de agua cada día.
Antes de lanzarte a reparar un grifo que gotea, es esencial equiparse de las herramientas y accesorios adecuados. Esto significa que puedes trabajar de forma limpia y eficaz, sin riesgo de dañar todo el sistema. Tanto si se trata de un grifo monomando como de un mezclador, esto es lo que necesitas:
Antes de realizar cualquier trabajo, cierra el suministro de agua en el grifo para evitar fugas o salpicaduras innecesarias. Encontrarás todas estas herramientas en tiendas de bricolaje o en Internet.
¿Tienes un grifo monomando que gotea? La causa suele ser una articulación dañada o descamada. A continuación, te explicamos cómo reparar este tipo de grifo en unos pocos pasos, incluso si no tienes experiencia en fontanería.
¿Sigue goteando el grifo? El problema es sin duda más importante. Recurrir a un profesional cualificado es la mejor solución.
Un grifo mezclador que gotea suele estar relacionado con un cartucho desgastado o con incrustaciones. A continuación, te explicamos cómo reparar un grifo monomando fácilmente, sin necesidad de llamar a un fontanero.
Si la fuga de agua ha desaparecido, la reparación del grifo mezclador ha finalizado. Si no es así, verifica las juntas o llama a un profesional.
Una fuga en el cuello del grifo, donde pivota el caño, suele deberse a una junta tórica desgastada. Este tipo de fuga es habitual en los grifos de cocina regulables, sobre todo en los grifos monomando. He aquí cómo solucionar el problema eficazmente.
Cierra el suministro de agua y vacía el grifo. Retira el caño del grifo, que suele estar sujeto por una tuerca oculta en la base. Desenróscalo suavemente con una llave y tira del caño hacia arriba. Inspecciónalo o inspecciona las juntas tóricas alrededor del cuerpo de la válvula. Si están agrietados, aplastados o duros, sustitúyelos.
Retira cualquier junta dañada. Limpia la carcasa con un paño húmedo. También puedes aplicar un poco de grasa de silicona para prolongar la vida útil de las nuevas juntas. Coloca las nuevas juntas tóricas. Vuelve a colocar el caño. Aprieta suavemente la tuerca. Abre el grifo para comprobar si hay fugas.
Si la fuga persiste, el problema puede ser un defecto de fabricación o una pieza agrietada. Si es así, ponte en contacto con un profesional.
¿A pesar de haber cambiado las juntas o el cartucho, tu grifo sigue goteando? Lo mejor es llamar a un fontanero cualificado. Una fuga persistente puede indicar un problema más grave en la instalación de fontanería, como un accesorio dañado, una presión anormal o incluso una tubería deteriorada.
El fontanero cuenta con las herramientas adecuadas y la experiencia necesaria para realizar un diagnóstico preciso. Puede desmontar el mecanismo sin dañar las piezas, para garantizar una reparación duradera. Si observas una fuga de agua importante o una filtración que podría dañar tus muebles o paredes, los servicios de un profesional son esenciales.
Para evitar que un grifo vuelva a gotear, un mantenimiento regular puede marcar la diferencia. Limpie el espumador (la pequeña rejilla situada al final del caño) cada 3 o 6 meses. Desenróscalo, sumérgelo en vinagre blanco durante una hora y luego frótalo con un cepillo para eliminar el sarro.
No olvides revisar las juntas una vez al año. Si notas una resistencia inusual al abrirlos o cerrarlos, es hora de cambiarlos. No esperes a que una junta dañada provoque una fuga de agua.
Evita ejercer una fuerza excesiva sobre las asas o la palanca de la batidora. Una manipulación cuidadosa alarga la vida de tus grifos. Para la limpieza externa, utiliza únicamente productos no abrasivos para no dañar el revestimiento de tus grifos.
Un grifo que gotea no es nada despreciable. Sustituyendo una junta, un cartucho o eliminando la cal, puedes detener fácilmente la fuga de agua. Con un mínimo de herramientas y mantenimiento, puedes evitar gastos innecesarios.
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