¿Qué altura elegir para un somier?
Cuando elegimos nuestra cama, pensamos inmediatamente en la comodidad del colchón, su firmeza o su tecnología, pero a veces olvidamos un elemento igual de decisivo: la altura del somier.
Este detalle aparentemente menor influye en la ergonomía y la estética, así como en la calidad del sueño. Una cama demasiado baja o demasiado alta puede alterar el confort cotidiano, dificultar el levantarse o tumbarse e incluso alterar la percepción visual del dormitorio. Por eso es esencial saber elegir la altura adecuada para un somier que se adapte a tus necesidades, a la forma de tu cuerpo y a tu estilo de vida.

Comprender las diferentes alturas de somier
La altura de un somier no está normalizada. Puede variar en función del modelo, la tecnología o el uso. En general, existen tres categorías principales. El somier bajo, de entre 10 y 15 cm de media, se adapta mejor a los interiores contemporáneos que favorecen las líneas limpias y minimalistas. Por otro lado, el somier alto, de entre 25 y 30 cm, combina perfectamente con colchones gruesos, dando a la cama un aspecto más imponente. Por último, existen somieres intermedios, con alturas que oscilan entre 16 y 24 cm, que representan un compromiso interesante para muchos durmientes. Además, un somier de relajación ofrece una solución más personalizada.
Es habitual hablar de un somier con una altura determinada, porque la percepción final no sólo depende del somier, también hay que tener en cuenta el grosor del colchón y el grosor de las patas de cama. Por tanto, un conjunto de colchón + somier + patas puede oscilar entre 40 cm y más de 70 cm. Esta elección tiene un impacto directo en la ergonomía. Por ejemplo, una cama demasiado baja puede requerir un esfuerzo adicional para levantarse, mientras que una demasiado alta puede dificultar el acceso a algunas personas. Comprender estos matices te permitirá anticiparte mejor a tus necesidades y evitar sorpresas desagradables en el momento de la compra.
¿Cuáles son las ventajas del somier alto?
Un somier alto es popular por varias razones. En primer lugar, ofrece una mayor altura de asiento, lo que facilita mucho levantarse y acostarse. Para las personas mayores, las que sufren dolores articulares o simplemente las que buscan un confort óptimo, esta característica es una verdadera ventaja. Además, un somier alto suele asociarse a un aspecto elegante e imponente. En un dormitorio espacioso, se convierte en una pieza central que estructura el espacio atrayendo inmediatamente la mirada, recordando a veces la comodidad de las camas de hotel.
Este tipo de somier se adapta perfectamente a los colchones gruesos modernos. Los modelos de espuma con memoria de forma y los modelos híbridos suelen tener más de 30 cm de grosor. Combinarlos con un somier alto garantiza la coherencia visual, evitando el efecto "aplastado" de un somier demasiado fino. Por último, un somier alto suele ofrecer más espacio bajo la cama, ideal para instalar discretas cajas de almacenaje o prácticos cajones. La funcionalidad se suma así a la comodidad y la estética.
¿Cuándo elegir un somier bajo?
A diferencia del somier alto, el somier bajo es atractivo por razones muy distintas. Con sus líneas discretas y su baja altura, se integra perfectamente en una decoración moderna o minimalista. Da al dormitorio una sensación de grandeza, dejando más espacio visual sobre la cama. En las habitaciones pequeñas, un somier bajo ayuda a aligerar el ambiente, pero también evita el efecto de bloque masivo que puede producir una cama demasiado imponente.
Para los niños o las personas pequeñas, un somier bajo también es sinónimo de seguridad y practicidad. El acceso a la cama se realiza sin esfuerzo, al tiempo que se reduce el riesgo de caídas. Este tipo de modelo combina muy bien con colchones de grosor medio, creando un estilo equilibrado y armonioso. Los somieres bajos se encuentran a menudo en interiores urbanos, donde se optimiza el espacio en busca de un aspecto sobrio y contemporáneo.
El caso especial del somier de relajación
Hay una categoría de somier que escapa a las reglas tradicionales: el somier de relajación. Este tipo de somier, ya sea manual o eléctrico, está especialmente diseñado para ofrecer un confort personalizado. Su altura puede variar, pero suele ser superior a la media para permitir integrar el mecanismo de inclinación.
Un somier de relajación te permite elevar la cabeza o las piernas de forma independiente, para aliviar el dolor, mejorar la circulación sanguínea o simplemente leer o ver la televisión en una posición ergonómica. Es la opción preferida de quienes desean transformar su cama en un auténtico espacio de relajación. La altura desempeña aquí un papel funcional: más alta, facilita la integración de motores y láminas articuladas, al tiempo que ofrece un confort superior para diversos usos.
La influencia de las patas en la altura final
La altura del somier no sólo depende de la caja, sino también de las patas que lo acompañan. La mayoría de los modelos vienen con patas desmontables o intercambiables, para que puedas ajustar la altura final. Se presentan en una amplia gama de tamaños, de 10 a 25 cm de media, y están disponibles en diversos materiales, como madera, metal o plástico.
Modificar la altura de la cama mediante patas es una forma sencilla y eficaz de personalizarla. Por ejemplo, si ya tienes un somier pero deseas aumentar la altura, basta con sustituir las patas existentes por modelos más largos. Por el contrario, reducir la altura puede ser útil en un dormitorio abuhardillado o para una cama destinada a los niños. Además de ser prácticas, las patas de la cama también aportan estilo: las afiladas patas de metal negro dan un toque industrial, mientras que las de madera clara refuerzan el aire escandinavo.
Adaptar la altura del somier a tus necesidades: consejos prácticos
La altura del somier debe adaptarse siempre al perfil del usuario, ya que determina la comodidad diaria, la accesibilidad y la salud. Para las personas mayores o que sufren dolores articulares, se recomienda especialmente una cama alta. Facilita sentarse y levantarse, reduciendo la tensión en las rodillas y la espalda. En este caso, un somier de 35-40 cm combinado con un colchón grueso proporciona una altura de asiento cómoda de unos 55-60 cm. En cambio, para los niños o adolescentes, es preferible una cama baja, ya que reduce el riesgo de caídas y facilita el acceso. Las camas junior o evolutivas suelen diseñarse teniendo esto en cuenta, con armazones de base próximos al suelo.
Las parejas también deben tener en cuenta sus diferentes formas corporales. Una persona alta estará más cómoda en una cama alta, mientras que una de estatura media preferirá un asiento más bajo. En este caso, se puede llegar a un compromiso con un somier regulable en altura o un somier reclinable, que permite personalizar las posiciones para cada persona. Estos modelos son ideales para las personas que leen, ven la televisión o teletrabajan desde la cama, ya que ofrecen un soporte ajustable para la espalda y las piernas.
Desde un punto de vista práctico, una buena guía es elegir una altura de cama (somier + colchón) que esté a la altura de tus rodillas cuando esté de pie. Este sencillo criterio garantiza una ergonomía natural: usted se levanta sin esfuerzo y se sienta cómodamente, sin tener la sensación de "caerse" sobre la cama ni tener que subirse encima.
Por último, no hay que olvidar los aspectos estéticos y funcionales. Un somier bajo refuerza el efecto minimalista, con un aire contemporáneo muy buscado en los interiores modernos. También crea sensación de espacio al aligerar la estructura de la cama. En cambio, una base alta da un aspecto más imponente, resaltando los somieres clásicos o tapizados. También ofrece una ventaja importante: la posibilidad de crear espacio de almacenamiento bajo la cama, con cajones, cajas o cubos empotrados para la ropa o los artículos de temporada.
En resumen, la altura correcta de un somier es la que concilia tus necesidades fisiológicas, tu estilo de vida y la estética de tu dormitorio. Tomarse el tiempo necesario para probar diferentes alturas y pensar en cómo las utilizarás significa que puedes invertir en una comodidad duradera.
La altura del somier: un criterio de selección para tener en cuenta
Elegir la altura adecuada de un somier no es solo una cuestión de estética, sino que es una verdadera decisión de confort. Desde somieres bajos adaptados a los interiores modernos, pasando por somieres altos que facilitan la vida diaria, hasta modelos específicos como el somier tapizado alto o el somier de relajación diseñado para la ergonomía, cada opción responde a necesidades específicas.
Teniendo en cuenta tu morfología, estilo de vida y preferencias estéticas, puedes crear una cama perfectamente adaptada que sea a la vez práctica y agradable para vivir. La altura final de la cama, en la que influyen el somier, el colchón y las patas, merece especial atención: garantiza un sueño reparador y la comodidad diaria, así como un aspecto que transforma tu dormitorio en un auténtico capullo de bienestar.